miércoles, 22 de febrero de 2012

UNA CENA CON SORPRESA


La madre de Pablo había hecho sopa de letras para cenar. Puso los dos platos de sopa sobre la
mesa del comedor y volvió a la cocina para freír unos huevos. Pablo se llevó a la boca la primera
cucharada, mirándola distraídamente, y dio un respingo. En la superficie de la sopa que había en
la cuchara, cuatro letras de pasta habían formado la palabra: “HOLA”.
Tras la sorpresa inicial, pensó:-¡Qué casualidad! Mira que ir a caer precisamente así esas
letras...
Y sonriendo, divertido, se tragó la cucharada.
Al ir a tomarse la segunda, descubrió con asombro que las letras decían: “TONTO EL QUE LO
LEA”.
Aquello era demasiado. Con la boca abierta y la cuchara inmovilizada ante ella, Pablo miró al
plato. Entre la multitud de letras del plato reinaba gran agitación. Todas nadaban de aquí para
allá. Se daban empujones y codazos. Parecían pelearse para coger los mejores sitios. Después
todas se quedaron quietas. Y en el centro del círculo de sopa quedó escrita una
advertencia:”OJO, NO ME COMAS. SI TE ATREVES A COMERME ME DEDICARÉ A ESCRIBIR
Pablo, muy alarmado, cogió el plato, fue
TACOS DENTRO DE TU BARRIGA”.
al cuarto de baño, vertió la sopa por el inodoro y tiró de la cadena. Lanzó un suspiro de alivio.
Volvió a la mesa. Su madre le trajo un huevo frito con patatas y se fue a la cocina a freír el suyo.
En cuanto ella volvió de espaldas, el huevo frito realizó un espectacular despegue en vertical.
Frenó un milímetro antes de estrellarse contra la lámpara y comenzó a dar vueltas por toda la
habitación.
-¡Parece un platillo volante!-exclamó Pablo, siguiéndolo con la mirada, fascinado.
El huevo
frito hizo una exhibición de vuelo acrobático sensacional. Y, cuando advirtió que la madre de
Pablo volvía, realizó un aterrizaje impecable en el plato y se quedó muy quieto, junto a las
patatas fritas.

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